que la alemana, salió ganadora en el mar del
Norte en 1916 y confirmó su supremacía
marítima.
la royal navy o marina britanica en jutkandia |
la marina alemana en accion en jutlandia |
En 1916, la I GM había dado ocasiones a Alemania y Gran Bretaña de medir sus dispares fuerzas en una serie de encuentros con los cruceros como protagonistas. El guión era siempre el mismo: Los alemanes salían a alta mar para efectuar ataques sobre las costas o las rutas comerciales y los británicos salían a su vez para destruirlos gracias a su enorme superioridad numérica, que no técnica, ya que quitando los cruceros ligeros, todas las demás naves alemanas eran muy superiores a sus hermanas británicas... aunque mucho más escasas. La estrategia británica estaba concebida para atacar en masa a las unidades alemanas y destruirlas gracias a la mayor concentración de fuego que les daba su superioridad numérica,
Fue sir John Fischer, el creador del Dreadnought y del crucero de batalla, el primero que dio la alarma al advertir al gobierno británico de la superioridad de las construcciones alemanas en general, pero sobre todo en artillería y control de tiro. Incluso llegó a pedir que Gran Bretaña atacara a Alemania y hundiera su flota para impedir que los alemanes igualaran el número de naves británicas, ya que Fischer opinaba con acierto que cuando la Hochseeflotte (Flota de Alta mar) alemana consiguiera igualar en número a la Royal Navy podrían ganar la guerra sin problemas. A tal extremo llegó la preocupación de Fischer que incluso insistió en ello ante el rey que exclamó sorprendió: "¡Pero está usted loco!".
almirante sir john jellic comandante en jefe de la royal navy |
No. No estaba loco. Fischer sabía muy bien lo que decía. Una flota alemana que igualara en número a la británica sería además mucho más poderosa,
Así que en 1916, los alemanes, muy inferiores en número, tenían que contentarse con arriesgarse a salir de sus bien protegidas bases en Alemania para tratar de conseguir una igualdad táctica que les permitiera explotar a fondo su ventaja tecnológica, pero los británicos no eran tontos y no se arriesgaban a ello. Cada salida de los soberbios cruceros de batalla alemanes era contrarrestada con la salida, no sólo de sus contrapartes británicos, sino de varias escuadras de acorazados... por si las moscas. Fue entonces cuando el almirante en jefe de la Hochseeflotte ideó un plan para tratar de atrapar a los cruceros de batalla y a los acorazados que les acompañaran en una gigantesca trampa que empeñaría a toda la Hochseeflotte.
almirante reinhard shcherr, comandante de la flota alemana |
Resultaron hundidos 14 barcos británicos y
11 alemanes, con grandes pérdidas de vidas
humanas. Jellicoe trató de cortar el camino
de la flota alemana hacia su base con el fin
de continuar la batalla por la mañana, pero
Scheer consiguió romper el bloqueo británico
arropado por la oscuridad y regresó a puerto.
Ambos bandos reclamaron la victoria. Los británicos
perdieron más barcos y hombres, pero consiguieron sabotear
el plan de Scheer de destruir la escuadra de Beatty. Los
alemanes siguieron constituyendo una amenaza que requirió
la concentración de la marina británica en el mar del Norte,
pero nunca lograron el dominio de los océanos. En su lugar,
la Marina Alemana recondujo sus esfuerzos y recursos hacia
una guerra submarina sin restricciones
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