Un caso fue el de un soldado canadiense quien escribió a su madre que, “una noche en un bombardeo se puso a cubierto cuando a unos veinte metros de distancia dijo que vio a su propia madre mirando hacia él claramente”. El soldado se arrastró hasta el lugar donde pudo observar la aparición fantasmal cuando un obús alemán se estrelló contra el lugar que acababa de dejar atrás, salvando así su vida.“Si no hubiera sido por ti, sin duda habría sido dado como “desaparecido”, escribió el soldado.
ero existen más casos inexplicables, como el del poeta inglés Wilfred Owen que fue asesinado el 04 de noviembre 1918 al cruzar el Canal de la Sambre à l’Oise. Una semana después, la guerra terminó y ese mismo día, el hermano de Wilfred, Harold, un oficial naval, estaba a bordo del HMS Astreae en la costa de África, sin embargo, el no recibió la noticia de la muerte de su hermano en Francia. Él regresó a su camarote para escribir en su diario y al abrir la puerta se sorprendió al encontrar a su hermano Wilfred de uniforme, sentado en su escritorio. Harold le preguntó a Wilfred que estaba haciendo allí, y cómo era eso posible, ya que debería estar con su unidad en Francia. Wilfred sólo sonrió y no respondió, aunque sus ojos eran intensamente expresivos. Esta experiencia continuó durante varias horas, hasta que Harold se sintió vencido por el cansancio y se acostó en su cama, con Wilfred todavía sentado en su escritorio, cayendo en un sueño profundo. Cuando finalmente Harold despertó ya no estaba su hermano en el camarote, pero seguidamente le informaron que Wilfred había sido asesinado al cruzar el Canal de la Sambre à l’Oise.
Otra leyenda
Una larga cadena de inexplicables muertes crearon su leyenda. Bienvenidos a bordo del U-65.
Este importante contingente se conoció como “Kaiserliche Marine”, o Marina Imperial. En 1916, en los astilleros de Hamburgo, se estaban construyendo para aumentar esta flota, 6 submarinos de combate que irían numerados del U-60 al U-65, y que debían entrar en combate en la 1ª Guerra Mundial.
Una larga cadena de inexplicables muertes crearon su leyenda. Bienvenidos a bordo del U-65.
Este importante contingente se conoció como “Kaiserliche Marine”, o Marina Imperial. En 1916, en los astilleros de Hamburgo, se estaban construyendo para aumentar esta flota, 6 submarinos de combate que irían numerados del U-60 al U-65, y que debían entrar en combate en la 1ª Guerra Mundial.
Fueron terminados en 1917, pero desde su construcción, uno de ellos, el U-65 comenzó a fraguar una leyenda negra a base de una cadena de extrañas e inexplicables muertes. La inquietante historia de este submarino empezó incluso antes de su botadura, ya en el astillero de Brujas, Bélgica, donde fue construido una de las traviesas que formaría parte de la estructura central de cubierta se desprendió de imprevisto matando a dos trabajadores del astillero. Uno de los operarios que lo construían fue golpeado con una viga destinada a la cubierta de eslora, y murió en 1916. Pocos meses después, tras ser finalizado, el 26 de enero de 1917, fue trasladado a mar abierto para probarlo, tres tripulantes quedaron atrapados y murieron asfixiados en la sala de máquinas, al supuestamente atascarse la puerta, algo más que extraño, porque cuando los mecánicos acudieron a investigar, la puerta se abrió sin ninguna dificultad. Sea como fuere la investigación oficial no ofreció resultados concluyentes sobre las causas del accidente Días después, El capitán ordenó a un marinero inspeccionar las escotillas y la cubierta antes de efectuar una inmersión. El mar estaba calmado y no soplaba brisa alguna, y el vigía aterrado, vio como el marinero tranquilamente comenzó a andar por la cubierta y se lanzó al agua junto al remolino de las hélices. En condiciones normales debía ser una inmersión rutinaria a diez metros de profundidad, pero una vez llegada a esta cota fue imposible detener al submarino que continuó su endiablado descenso hasta tocar fondo. La tripulación desconcertada, hubo de trabajar muy duramente durante mas de doce horas para conseguir reflotarlo a superficie, no sin antes sufrir los primeros efectos de una atmósfera enrarecida y falta de oxígeno. Ninguna marina del mundo retiró del servicio activo a ninguno de sus barcos por “gafes” pero en este caso la cuenta de desastres estaba todavía lejos de finalizar para este submarino
El último torpedo que debía ser cargado a bordo estalló súbitamente destrozando y matando al segundo oficial y a otros cinco marineros encargados de manipularlos...a partir de entonces es cuando esta historia se volvió realmente increíble: la explosión del torpedo marcó el inicio de toda una serie de inquietantes fenómenos abordo en las que parte de la tripulación pudo ver a una oscura figura inmóvil, en pie sobre cubierta y con los brazos cruzados, que todos los testigos relacionaron sin dudar como el segundo oficial muerto en la explosión... Tras efectuar las reparaciones necesarias se ordenó a la tripulación regresar al barco, 31 marineros en total,pero para sorpresa del oficial al cargo, en el recuento aparecen 32. Al parecer, el segundo oficial parece que también quiso acudir a la revista... Su fantasmagorica figura volvió a ser vista en mas ocasiones por varios tripulantes e incluso el propio capitán afirmó haberlo visto durante las primeras patrullas por el Canal de la Mancha. No es de extrañar que el apodo de “barco maldito” empezara a circular entre la tripulación, sobre todo cuando el capitán murió alcanzado por la metralla en el transcurso de un ataque aéreo que se produjo justo al regresar a puerto. El destino final del U- 65 quedó envuelto en el mas completo misterio, simplemente se perdió el contacto por radio con ellos. Que un submarino desapareciera sin dejar rastro en guerra no era algo extraño, pero esta macabra historia aun reservó una incomprensible sorpresa final... Al parecer el U 65, probablemente ya de regreso a Alemania, fue avistado por un submarino americano lo interceptó y se dispuso a atacarlo,pero no llegó a ser necesario. No había concluido aun su maniobra de aproximación cuando el capitán americano contempló con estupor como el U- 65 saltaba por los aires. Más tarde tras continuar su rumbo,el capitán del submarino americano llegó a declarar a su tripulación que momentos antes de la explosión pudo ver por el periscopio en la proa del submarino alemán una figura inmóvil y con los brazos cruzados...